Cuando alguien evoca la imagen del lehendakari José Antonio Aguirre, resulta casi inevitable pensar en su característica estampa, maleta en mano, representando al Gobierno vasco en el exilio tras el golpe franquista. En ese periplo, Aguirre vivió en muchos momentos al filo de la navaja, sobre todo cuando le sorprendió en Francia la invasión nazi y tuvo que tejer un delicado plan con la asistencia de varias personas que resultaron determinantes para que evitara el funesto destino que sí tuvo el president Lluís Companys, capturado por la Gestapo y fusilado en el Estado español. Entre otros, fue decisivo el papel del diplomático panameño Germán Gil Guardia Jaén, quien proporcionó un salvoconducto a Aguirre para huir desde Berlín hasta Nueva York con un pasaporte falso, una nueva identidad y un disfraz que se convertiría en el icono de esa hazaña: un bigote y unas gafas postizas. El Gobierno vasco ha decidido agradecer a Panamá esa ayuda crucial para evitar la captura de Aguirre. En un gesto histórico, el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, viajará al país para reconocer el miércoles de la próxima semana esa labor y rendir un homenaje al hijo del cónsul, que tuvo una intervención providencial... (leer más)
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